martes, 20 de septiembre de 2011

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BA-LON-CES-TO!

El mate de Calderón, que le dio una patada a la mala suerte y a sus malditas lesiones. El salto de Navarro agitando los brazos con rabia y euforia, tras su enésima canasta imposible. La canasta de Felipe Reyes, dedicada a su padre y al de Claver, que esta noche sonríen y sienten desde el cielo. Los abrazos, las lágrimas, la sustitución final de Navarro, la sonrisa cómplice de Pau, las miradas en el banquillo. La ovación del pabellón, que se caía. Los vellos de punta. ¡Baloncesto! ¡Sí! ¡Otra vez, al fin! ¡Ba-lon-ces-to!

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